martes, 7 de marzo de 2017

El guardián invisible

Sobredosis de atmósfera









Al thriller, más que originalidad o veracidad, se le pide sobre todo tensión… y atmósfera. Si una virtud destaca nada más echarle la vista a El guardián invisible es esa: su atmósfera, emparentada aunque sea de manera inconsciente con la de los misterios nórdicos tan de moda, lo que añade a este nuevo trabajo de Fernando González Molina la condición de producto cien por cien exportable (si aquí nos llegan Los casos del departamento Q o Reykjavik-Rotterdam, no hay razón para pensar que esta película no pueda ser disfrutada por espectadores del resto de Europa).

Lo mejor es que, aparte de ese envoltorio tan resultón hecho a base de lluvia, niebla y piedra, hay una trama criminal que funciona, que avanza sin detenerse y que, sin ser excesivamente sorprendente, mantiene el tipo ayudada por una subtrama familiar que al principio, es verdad, entra un poco a brochazos —esos recuerdos escabrosos de una madre cruel que deja a la de Norman Bates a la altura de Los Lunnis—, pero que termina encajando y añadiendo salsa picante al guiso.

Marta Etura siempre me ha parecido buena actriz, pero nunca hasta esta vez la había visto acarrear a cuestas con el peso de toda una película. Cumple bastante bien, ayudada por secundarios de los que rara vez fallan, como Francesc Orella, Ramón Barea, Pedro Casablanc o Elvira Mínguez.

Las flaquezas provienen del origen literario del guion, con unos diálogos a veces un pelín impostados y explicativos, y con unos elementos esotéricos que, me parece a mí, no terminan de cuajar —quedan como meros apuntes pintorescos—, incluidas esas llamadas de la inspectora a un antiguo colega estadounidense. Un material que, posiblemente, esté mejor gestionado en la novela original de Dolores Redondo.

Si vais de intelectuales underground, anti castizos, outsiders (que os conozco: una peli coreana inspirada en un tebeo porno-gore es lo más, pero una peli española de género que le puede gustar hasta a la vecina del cuarto, oh no, vade retro, que me quitan el carné de modelno), o cosas así, igual le sacáis mil defectos, pero creo que es una película más que digna para pasar un par de horas entretenido y enganchado a un misterio, aunque esta vez sea aquí cerca, en Navarra, y no en Estocolmo, ni en Los Ángeles.


Director: Fernando González Molina
Guion: Luiso Berdejo (sobre la novela de Dolores Redondo)
Intérpretes: Marta Etura, Elvira Mínguez, Francesc Orella
País: España

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