Pese
a su incontestable idilio con la taquilla, el nombre de J. A. Bayona no es
precisamente un reclamo irresistible para mi instinto filmófilo. Sus películas
me parecen melodramas convencionales disfrazados de terror, aventura o fantasía.
Eso que antes se llamaba gato por liebre (o como cuando pides un sobao pasiego
y te traen una cupcake).
Así
que me asomo con reticencia a esta producción bendecida por el autor de El
orfanato, Lo imposible y Un monstruo viene a verme, dirigida
por su guionista habitual, y que termina resultando más sórdida e intrigante de
lo previsto, cosa que agradezco.
Por
enésima vez, nos reencontramos con esa manía que tienen los personajes de las
películas de miedo de irse a vivir al quinto churro, lejos del mundo civilizado
de los enchufes y las farmacias de guardia. En este caso quizá con más
justificación, pues la familia protagonista —madre y cuatro vástagos— parece
huir de la amenaza de un padre violento. El problema es que, como en cualquier
caserón abandonado que se precie, tras la mugre y el papel pintado rococó habita
un terrible secreto… Bueno, de hecho hay más de un secreto, y su impacto
dependerá del número de películas que uno lleve en el buche. En Ambugú García hemos visto demasiadas,
pero a un espectador menos prolífico o glotón puede quedarle aún resquicio para
la sorpresa.
Ayuda
el envoltorio, más que aparente; un estilo atractivo a los ojos, buena
ambientación, fachada hollywoodiense, fotografía de primera división, todo tan
cuidado que a veces parece que importe más la carcasa que las entrañas.
Así,
el miedo sugerido o fuera de plano funciona mejor que el visible. Ese padre
mencionado que nunca vemos del todo es el mejor elemento de terror, pues los sustos,
aparte de contados, vienen cantados.
Más
que entrar en una casa encantada, El secreto de Marrowbone se parece a
ir al psicoanalista con la defensa baja, y aunque es imposible no acordarse en
ciertos momentos de Los otros (Alejandro Amenábar, 2001) o El orfanato (J.A. Bayona,
2007), esta opera prima de Sergio G. Sánchez aguanta por sí sola la prueba de
fuego de la tarde del domingo o el día del espectador. No es poca cosa.
Director: Sergio
G. Sánchez
Guion: Sergio
G. Sánchez
Intérpretes: George
MacKay, Mia Goth, Charlie Heaton, Anya Taylor-Joy
País: España
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