Una
sorpresa, y de las buenas. Una lección de cómo meterte el canguelo en el cuerpo
durante una hora y pico sin que sepas realmente qué está pasando hasta el
mismísimo final. Mejor dicho: sabes que algo ocurre y que algo aún peor va a
ocurrir, pero no sabes qué es ni por qué. Es fácil escribirlo (a mí me ha
costado apenas tres líneas), pero ponerlo en práctica y proyectarlo en una
pantalla está solo al alcance de unos pocos.
Como
Polanski en la memorable La semilla del diablo (1968), el
debutante Jordan Peele arma una atmósfera inquietante y un punto morbosa
valiéndose de un escenario casi único y de una reunión social. Si se hace bien,
no es necesario nada más. De hecho, dos de las mejores películas que vi el año
pasado fueron El regalo (Joel Edgerton, 2016) y La invitación (Karyn
Kusama, 2015), parecidas a Déjame Salir en su concepción de la
intriga como un juego de estrategia para el que se requieren paciencia y
neuronas, y en las antípodas, pues, de la tendencia excesiva a llevar al límite
el botón del volumen y marear al espectador con revoltijos demoniacos y semi oníricos.
Ya
sé que soy pesado con esto y que siempre digo lo mismo, pero, por favor, id a
verla sin informaros, sin ver trailers
ni leer reseñas infectadas de spoilers.
Adelanto
lo mínimo que se puede contar: el protagonista es un chico negro que se enfrenta
al trago de ser presentado a su familia política, la cual desconoce su
peculiaridad racial, hecho que le preocupa por mucho que su novia insista en
que el padre “habría votado a Obama una tercera vez si hubiera podido”. En
plena convulsión mediática por las mamarrachadas racistas de Trump, no cabe
concebir una película más oportuna. Peele no renuncia nunca a los ingredientes
imprescindibles del thriller, pero se
las apaña para que su historia adquiera una dimensión mucho más profunda y
satírica sin sacrificar por ello el entretenimiento.
Ya
está. A partir de aquí, preparaos para asistir a un juego de sospechas y
rarezas manejado con temple y sutileza, sazonado con gotas de humor negro
esporádico, y más que sobrado para crear el clima de intriga necesario y (aquí
el mérito principal) mantenerlo durante 90 minutos, tiempo en el que a uno le
da para pensar de todo. En el último cuarto de hora se destapa todo el tinglado
y Peele nos regala un fin de fiesta para relamerse, si es que acaso alguien se
había quedado con hambre.
Director: Jordan
Peele
Guion: Jordan
Peele
Intérpretes: Daniel
Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford
País: Estados Unidos
No hay comentarios:
Publicar un comentario