Inauguramos
la sección Tu peli me suena con el ganador del último Oscar a la mejor
banda sonora original. El venerable Ennio
Morricone, a sus casi noventa tacos, recibió por fin el premio el año
pasado (le habían dado uno honorífico en 2006, pero esos como que no cuentan, y
además dan mal fario), de la mano devota de Tarantino, quien, además de
especialista en sacar viejas glorias del frasco de formol (Pam Grier, David
Carradine, Robert Forster, Rod Taylor, Don Johnson, Franco Nero… y, sí,
Travolta, que en la época de Pulp Fiction
andaba igual de trasnochado que la bola de espejitos de la discoteca donde se
contoneaba Tony Manero), mantiene su cruzada particular para ennoblecer el Spaguetti Western, subgénero en el que
Morricone siempre dio la mejor nota.
Sus
composiciones para Sergio Leone no necesitan presentación (Por un puñado de dólares,
La
muerte tenía un precio, El bueno, el feo y el malo, Hasta
que llegó su hora…), cualquier viajero ocioso en el andén de turno
sería capaz de silbarlas, e igualmente famosa es su partitura para La
misión (Roland Joffé, 1986), de la que incluso se abusa para dar pompa
y grandilocuencia a trailers ajenos,
anuncios publicitarios y resúmenes de remontadas futbolísticas.
Mi
preferida, no obstante, es la banda sonora que compuso para Érase
una vez en América (1984), también de su paisano Leone. En homenaje al
maestro octogenario, os dejo con Deborah's theme, y, a
continuación, con otras dos piezas: L’Ultima
Diligenza di Red Rock, tema de apertura de Los odiosos ocho (Quentin
Tarantino, 2015), que tuve el placer de escuchar en vivo en una monumental
versión de la Film Symphony Orchestra, y el celebérrimo El hombre de la armónica, de la ya mencionada Hasta que llegó su hora.
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