miércoles, 13 de septiembre de 2017

El amante doble

Thriller ginecológico





Representado gráficamente, el visionado de esta película vendría a ser algo parecido al perfil de una etapa de la vuelta ciclista. Arranca en llano, con un resumen sinóptico de la relación entre los protagonistas, todo bastante previsible, pues más que resumir lo que ha pasado anticipa lo que va a pasar, y luego repunta cuando da la impresión de que Ozon imita a Brian de Palma cuando este a su vez imita a Hitchcock, con el riesgo que siempre conlleva estar ante la fotocopia de una fotocopia… Después la cosa mejora y se acerca al David Cronenberg menos pulp y más sofisticado (el de Inseparables, M. Butterfly y Spider), y así vamos, entre repechos, baches, socavones, planicies y ascensiones, hasta un desenlace al sprint en el que abunda tanto la revelación como la confusión; es decir, se resuelve lo principal, pero no tanto lo concreto, con lo que el desconcierto le acaba comiendo terreno a la satisfacción.

Del argumento mejor contar lo mínimo: una joven acude al psiquiatra para tratar ciertas dolencias que relaciona con sucesos de su pasado, y la atracción sexual que surgirá entre el terapeuta y su paciente abrirá la puerta del misterio y le prenderá a la película esa etiqueta que tanto gustaba en los 90, la de “thriller erótico”.

Sorprende no obstante que una historia que habla de calenturas y pasiones retorcidas termine resultando en general más bien fría. Recurramos de nuevo a las etiquetas (juro no abusar de ello nunca más) para intentar explicarlo: ¿thriller psicológico?; ¿thriller erótico? No, amigos. La clave está en que El amante doble (y de nuevo la sombra de Cronenberg se hace alargada) podría definirse mejor como un “thriller ginecológico”. Si queréis saber por qué, preguntadle al señor Spoiler (o id a verla, al que le pique la curiosidad).

El sexo explícito se pasea tan campante por la frontera de lo pornográfico (el cine francés eso sí que lo tiene), en un par de secuencias que relegan a Gray y su sadomaso mainstream al horario de protección infantil… Y asimismo me obligo a la reflexión de por qué determinados comportamientos que calificaríamos de repugnantemente machistas en cualquier otra parte nos parecen sugerentes y atractivamente perversos cuando vienen servidos bajo el sofisticado envoltorio del cine de autor europeo. Misterios de la cinefilia, supongo.

Sea como sea, el que suscribe se queda con el Ozon de En la casa (2012) y Frantz (2016), igualmente complejo pero menos afectado; ser autor no es incompatible con ser buen narrador. Amén.


Director: François Ozon
Guion: Françoise Ozon, Phillippe Piazzo (basado en la novela de Joyce Carol Oates)
Intérpretes: Marine Vacth, Jérémie Renier, Jacqueline Bisset, Myriam Boyer
País: Francia

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