Reconoceréis
que nuestras decisiones como ciudadanos votantes vienen demostrando desde hace
tiempo que tenemos memoria de pez senil. Por eso, dentro de unos años, cuando
volvamos a clamar contra los gobernantes y a torpedear las redes sociales con
los airados latiguillos de turno (“tenemos lo que nos merecemos”, “país de
pandereta”, etcétera), será una buena idea rescatar algunas películas que nos
estrellarán de bruces contra la cruda realidad y nos recordarán que tuvimos
oportunidad de intentar cambiar las cosas, pero por lo que fuera lo dejamos
para otro día, que eso también se nos da de coña. Selfie, al igual que El
mundo es nuestro (Alfonso Sánchez, 2012) o Casual day (Max Lemcke,
2007), estaría sin duda en ese hipotético programa futuro.
Víctor
García León, director poco prolífico pero siempre cumplidor, se ha valido del
formato “Callejeros”, “Españoles por el mundo” y similares para resumir en una
hora y poco la esperpéntica realidad social que nos rodea y emponzoña. Y lo
hace con humor afilado, con inteligente sarcasmo y —muy importante— sin
autocomplacencia, lejos del modelo, tan digno como proselitista y excesivamente
coyuntural, de Los abajo firmantes (Joaquín Oristrell, 2003). Aquí reciben
todos (cada cual en su justa medida, pero todos), los de un lado y los de otro, y hasta los que no están aparentemente en
ninguno.
Vamos
a asistir a la progresiva caída y transformación de un niñato pijo (del PP a Podemos,
del chalet al piso compartido, del club de campo al centro de discapacitados),
hijo de un ministro y una vidente (da miedo solo mencionarlo), que se irá “desnudando”
ante nosotros, mirando de frente a la cámara, encadenando perlas clasistas,
machistas y xenófobas, con el mérito por parte del director de no borrarnos
nunca la sonrisa, que es tanto de diversión como de complicidad con el discurso
implícito.
Otra
agradable sorpresa la constituye el reparto. Actores casi desconocidos o
directamente debutantes que rezuman espontaneidad genuina, al servicio de unos
personajes que nunca son planos y a los que podemos compadecer lo mismo que
odiar, que nos caen simpáticos y en la siguiente escena nos parecen repelentes,
que nos causan grima en la misma medida que admiración.
Selfie demuestra
que, con sencillez y cuatro chavos, se puede satisfacer al público, hacerle
pensar y revolverle sus convicciones (sin maniqueísmo, sin saber del todo si te
ríes “de” o “con”), arremeter contra el poder y la injusticia social, todo ello
sin soflamas ni falsas coartadas épicas. Que aprendan otros.
Director: Víctor
García León
Guion: Víctor
García León
Intérpretes: Santiago
Alverú, Macarena Sanz, Javier Caramiñana, Alicia Rubio, Pepe Ocio
País: España
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